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viernes, 21 de enero de 2011
Un paréntesis
Obligada fue mi ausencia del blog por algunas semanas pero ya estoy lista y en batalla para dar mis curiosas opiniones sobre el mundo que nos rodea. Una de mis preocupaciones mayores en estos días es la violencia en que vive medio planeta o mejor dicho, planeta y medio. Un análisis de cómo nos presentan la crudeza de las noticias, con palabras y expresiones copiadas bien a lo copy paste, me pone los poros como piel de gallina. Si bien la Glifford allá en Arizona era un target del Tea Party, grupo que considero retrógrado, cómo rayos la prensa influyen diciendo que la palabra target, el símbolo de tiro al blanco utilizado por la Sarah Palin en un web site, no tiene ingerencia en la mente perdida de un individuo que, como si comprara galletitas de las Girl Scouts, adquiere balas por cajas de todos los sabores y colores para su rifle. ¿Acaso el vendedor de dichas suculentas municiones no pensó que eran demasiadas para hacerle daño a la fauna silvestre de un bosque? No, ni se le ocurrió pues pensó en dólares y centavos, no en sentido común. Entonces, hay que plantearse, si existen tantos legisladores, con ideas garrafales, por qué no legislan para controlar la cantidad de balas, municiones y armas que se venden over the counter. ¿O somos mercenarios por DNA o somos nos hacen más violentos mediante la propaganda para sacar más chavos a diferentes industrias? A todos los gobiernos por igual le conviene este negocito.
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