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jueves, 30 de agosto de 2012

Proyecciones: Oh, perdón.



A la verdad que esos reality shows le tienen la mente alborotá a muchos. Entre las Housewifes esas, los dementes que buscan fama a lo loco como los de los Shores, Las Kardashians y toda esa sarta de malandrines, que incluyen a los Duggar, por su puesto, están de más. Lo peor del caso es que la gente se empieza a creer que cada vida privada es un reality.

Imagínense esta escena: una familia extendida comiendo en un restaurante abarrota´o y una persona pidiendo disculpas a sus tíos por el comportamiento de otro. Of course, que al segundo ni lo invitan ni lo llaman pero lo mondan como china. Eso se llama proyección, es más a la que piden perdón sin que nadie se lo haya solicitado, le cabe el titulo de candidata al Oscar por la mejor actuación, lágrimas incluidas. Esto, aunque de show, se parece a los aconteceres de la vida cotidiana de Juan del Pueblo, que a mi ni me van ni me vienen.

He conocido personajes que les gusta proyectar lo que no son, tratan de vivir la vida de los demás, y convencen a cualquiera que están en lo correcto. Zape con eso pa´otro la´o. Lo mejor es que aunque intenten al final todo se sabe en el momento justo y uno aprende a tomar las decisiones correctas.

Una de las más sabias es guardar distancia y categoría. Prefiero alejarme de lo que es nocivo y de quienes pretenden humillar a los demás, para centrarme en el verdadero ser.Nada ocurre al azar, sino porque tiene que pasar para que la lección de vida la llevemos el resto de nuestros días.

Muchas veces mi madre me dijo --cualquier similitud con Forrest Gump es pura coincidencia-- más vale solo que mal acompañado. Cuan cierto, y si en eso esta no ver esos condenados realities de mierda, mejor todavía. Hay cosas más importantes, como amar y ser amado, vivir y dejar vivir, y lo mejor de todo, reírse a carcajadas de las idioteces que uno mismo comete. Toma pa´que enyoyes.