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domingo, 30 de octubre de 2011

La Madre de...la novia

Esta semana se casa nuestra hija, no uso el posesivo mi antes de hija, porque tiene la dicha de tener madre y padre. Desde hace meses, calladitos venimos haciendo los arreglos de rigor y ya casi está todo listo. Ella escogió la fecha de su boda, la mismita en que celebramos el aniversario de la muerte de mami. ¿Qué? Esa fecha, 5 de noviembre, va a ser eterna en nuestras vidas, es fecha de transformación, de alegría, de nostalgia.

Me ha hecho sacar mi albúm de bodas,caray ,cómo ha llovido, escampado y vuelto a llover desde entonces. Mi marido, flaco como una varilla, dejó la hambruna que parecía que había en su casa, para rellenarse con el buen comer de los años.  No es que a mi me sirva exactamente el traje que lucí aquél día cuando me casé pero por lo menos me he mantenido  en un peso saludable. La cantaleta de mami era que me mantuviera en mi peso...y sin tiroides desde joven, me adapté a una dieta acorde con mi estilo de vida...siempre rush, corriendo de un lado para otro, criando muchachos, atendiendo cosas de mis trabajos, sí porque no es uno son dos...cualquiera se mantiene más o menos en peso si corre más que una bicicleta de nene chiquito.

Pero de qué rayos hablo si la boda es de nuestra hija...la que me hizo sacar los retratos viejos para ver cómo era el arreglo de mi pelo el día en que me casé.  ¿Tú estás segura de que te quieres peinar así? Le dije cuando me comentó que llevara el album, estartala´o como el toyotita del nene, al beauty. Si supiera tó las hebillas que me espetaron en la cabeza cuando me peinaron con aquella trenza en forma de diadema y el moño San Antonio del que salía el velo...Miro la foto y veo el escaso ramo, ramito de novia que llevé. Diantres, que maceta ese padre que tuve, que ni pa´muchas flores. Bueno que carajo, al menos me pagó la boda pero hoy día estoy segura de que era para salir de mí. A Adie, mi hermana también le pagó una, pero a la hermana que tuvimos, y que no podemos mencionar porque es mala suerte en estos días, le pagó tres jodí´as bodas, en tres destinos distintos. Si quiso salir de ella, no ha podido...nosotros sí.

Esa no viene pa la boda, ni el abuelo materno, ni el paterno, no hacen falta. Van los que tienen que estar, la verdadera familia.

Espero que en par de días con el rollo de la boda, se le olvide eso de llevar el album pa´que vean mi peinado de entonces, pero  que a medida que se acerque este acontecimiento que marcará su vida, celebre que siempre hemos estado ahí, con ella y con su hermano, ahora con su hijo, y su soon to be husband, que se casa porque así lo quieren los dos, que como madre no me pondré el trajecito tradicional de chaqueta que sale en todas las revistas, ni tampoco me vestiré como drag queen para hacer el ridículo en su boda.  Es su día, no el nuestro, es su boda pero nuestra fiesta. Y allí, con nosotros, estarán los que viven en otra dimensión, allí en mi sonrisa y en los ojos de Adie, estará mami. Hay que celebrar...

lunes, 24 de octubre de 2011

Conato de susto

Hoy día aproveché para hacerme el examen rutinario, la bendita mamografía, que obviamente viene acompañada siempre de cierto temor, no al dolor de verse esparrachada como mesa dobladiza, sino de lo que dirán los resultados. Así que mientras esperaba mi turno pa´l apretón pensé en todas mis amigas y mis desconocidas que han luchado contra el cáncer de seno. También por aquellas que han muerto por falta de detección temprana. Entonces, eso de vestire como aquella Pantera Rosa, cambia de significado. Mientras tanto, entre la ley  Hippa, el plan médico, el pánico que llevan muchas mujeres a la sala de estudios médicos, y los conciertos de salsa, me dije ¡Ño, de que preocuparme, si todas las que andamos en estos menesteres, tacas o flats,  bes o wanna bes, dubi o plancha de pelo, estamos en el tejemeneje!

Mientras mi amiga, sí porque me han visto hacerme esta prueba durante años, en el mismo lugar y ya son todas mis panas, me esparrachaba con la condená máquina y me pedía que no respirara, traté de contener cualquier palabrota de rigor para estos menesteres dolísticos.

Entre Carnaval y Alguien me diga, si es que así se llaman las canciones esas, me dijeron que tengo que volver para  hacerme otra prueba más. Me paniquié, no hay dudas, no por lo de la prueba sino porque me estoy pareciendo a esas doñitas que se pasan en los consultorios como si fueran al casino.

Claro que no, ese no es mi pasatiempo, tampoco escuchar sobre los medicamentos y la longa que dicen sus efectos secundarios, que muy bien pueden ir desde piojos y ceguera hasta la muerte certera.

Con la última muelita de atrás, dije que no había problema. Pero sí lo hay, verán mi cara otra vez, y pensarán que soy masoquista y que me encanta taaaanto ir a los médicos que estoy como el personaje de un viejo anuncio de la tele que decía " todos los días, todos los días". Por supuesto con entonación y tó cuento. Así que me resigno, tendré que ir y colgá de la cota del santo, invocando a toditos los que tienen que estar allá arriba pa´que los benditos resultados, cubiertos por la ley Hippa esa de privacidad, vengan con decencia y que no haya más conato de susto.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Perdimos el Norte

 Es que tengo que indignarme porque en mi insula hemos perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Andamos más perdidos que un juey bizco y lo peor es que no hacemos ná. Por un lado, el gobierno nos saca del bolsillo sus desaciertos con el costo energético achacado al alza en el combustible, pero cuando descienden los precios de éste,  los de nosotros van  en subida meteórica. Por otro lado, la prensa tradicional e impresa del país se ha teñido de amarillo y le importa más que la gente conozca cuál será su ídolo de la próxima semana que los líos ciudadanos de trascendencia.
Es más, cada día se refugian más espectadores en las páginas cibernéticas que en los medios tradicionales. Los comentarios más certeros los vemos en Facebook y las malas y buenas noticias,  hasta en Twitter.
Los que tienen espacios en la televisión tradicional no los saben usar y por eso ocurre la migración a los satélites y los cables. Entonces, cada día se hace menos necesaria la televisión local, que ya está más que chabacana, mediocre y cutre...mejor me voy a ver un documental de leones marinos antes de ver las barbaridades, griterías e insultos con que quieren comprar la psiquis colectiva de este país. Eso sí, un buen libro y la educación que este me ofrece, no compara con ná. He dicho, que estoy HARTA...Busquemos la brújula o miremos las estrellas.