Vistas de página en total

martes, 25 de septiembre de 2012

Ventorrillo y Velorio



Eso "que los sueños, sueños son"  a lo Calderón de la Barca , no va conmigo ni con mi hermana. Es que aunque algunos son pesadillas, eso sí, cuando soñamos ciertas cosas, apúntalas que pasan. Desde hace tiempo venía soñando con personas de la familia extendida, esa de la que aún conservo primos de gran valor. Soñé con un tío, que le decían Millo, que murió hace años, y en mi sueño, sacaba de un bar a otro tío, que en estos días acaba de irse al más allá. Hasta ahí todo marchó bien. No pude, por cosas de la vida, despedirme del segundo tío. Del primero, sí y mantengo buenos recuerdos porque nos alcahueteaba muchísimo. Del segundo, también tengo buenos recuerdos, pero los últimos años, lo único que recibí de él fue desdén. Los años y la soberbia le cayeron encima, y perdió la capacidad de discernir que era la lalalandia que le llevaban contra la verdad que no quería ver. Eso, acá entre nos, le corresponde a cada quien.

En mi sueño, tío Millo le decía que se fueran juntos, de aquél bar oscuro pero alegre. ¿Acaso estilo londinense? Posiblemente. Esta mañana, cuando leí la esquela en el periódico, esa nota luctuosa que reunió a sus 6 hijos por primera vez en una oración, quedé patiestática. Ni idea tenía de dónde tendrían el consabido velatorio hasta que leí el nombre de la funeraria, el que me reservo para no causar revuelos. Tuve que reírme, porque en realidad tenía nombre de ventorrillo de barrio, de friquitín de esquina. Dí marcha atrás al tiempo, y recordé cómo fue el tio Beto a uno de los funerales familiares, y al rato de entrar en la funeraria, salió al cafetín más cercano y pidió un palo. Ah, sin que en este plano lo sepan, el muy charlatán se las jugó frías para que la funeraria de su velatorio tuviera nombre de pueblo, de bar. Ajá, se habrá ido con los Panchos pero se marchó riéndose, como afirmando: queden los que quieran con el bollete forma´o que yo me despacho a ónde me quieran sin líos.

Y yo acá me quedo pensando, jum, soñar es bueno, se hace realidad y la muerte, pues es inevitable. Sea como uno se vaya, debe irse con tó arregla´ito pa´que San Pedro le de el break de pasar por la puerta ancha...Mira y que Manolín...¿Por qué será que siempre hay un cafetín?

martes, 11 de septiembre de 2012

Algunos eventos históricos e histéricos de la vida


Ayer precisamente hablaba con Antonio de los eventos históricos e histéricos que nos ha tocado vivir en nuestro life span...que si el asesinato de Kennedy, el hombre en la luna, los viajes del transbordador, los buenos y fallidos. Es más uno tiende a recordar ciertas situaciones que de momento saltan a la memoria como cuando se escocotó Karl Wallenda en el Condado, o quemaron el Hotel Sheraton en esa misma zona, y  el pasme que le tocó vivir en esos instantes.

De las tormentas, nos iniciamos con Hugo porque las demás habían sido de lejitos y con cuentos de San Ciriaco. Cuando se derrumbó Mameyes, o mataron a Luis Vigoreaux, estábamos pendientes.Ah. la explosión de Río Piedras predecesora de la de Capeco, allí vimos de todo...cómo olvidar.

Telemaratones, ayuda a la Cruz Roja, Gracias Mundo...todo eso nos ponía los pelos de punta, en un escenario de lástima con incredulidad.

Lo vimos por la tele, nada de High Definition ni pantallas planas y enormes...tal como veíamos a Cantinflas y a Viruta y Capulina. Ah, y todo en español.

Entonces, cuando el cable y la tecnología cayó del laboratorio a la sala, la cosa se puso buena y hasta morbosa. Murió Lady Di, que andaba con un musulmán que se decían Dody. Un accidente causado por la persecución...luego Michael Jackson...y ni hablar de los media cases que se iniciaron con O.J. Simpson.

Ah, las Torres Gemelas, las sufrimos y las seguimos sufriendo. ¿Dónde estabas? Todo el mundo de estas generaciones sabía dónde estaba y cómo se paralizaron los aeropuertos del mundo entero. El ataque al Pentágono, al estilo de Pearl Harbor --ese que aparecía en los libros de historia--, el avión  de Virginia...y uno ahí incrédulo sin saber  de la existencia de los talibanes y Alqa Aeda.

Nos ha tocado vivir momentos de gloria y de dolor, quizás sin entender todo el cúmulo de información que cada situación trae detrás, el maremoto alias sunami en el pacífico, el terremoto de Chile, el de Ecuador, el de México...los sustos telúricos de nuestro suelo, todo nos pone histéricos porque nos hicieron creer que éramos invencibles como  Superman. Eramos como todos los héroes de los comics, y hasta como el GI Joe...digo aprendí a combinar los colores de los ajuares con la Barbie, y la primera mía era negra vestidita de amarillo...que no era Barbie per se, sino Tracy.

Luego de las guerras en el Medio Oriente, de decirle adiós a dictadores, y ver cómo la gente sigue con el fanatismo, en vez de buscar paz,  uno se plantea, ¿por qué mueren los inocentes? Del mismo modo que los culpables...todos somos finitos, o nos parte un rayo, o nos escocotamos del high wire, nos da un yeyazo de salud, o nos pegan un tiro. Cuanto más dramático sea, más oportunidad tendrá uno de ser un celebrity post mortem.