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jueves, 22 de marzo de 2012

Los Besos Perros en el Chaleco

Todavía estoy eleta después de enterarme de la poca vergüenza esa de una discoteca en la que nos nenes mandan. sí, mandan a tó el mundo pa´l carajo. No hay reglas de juego, sálvate si puedes, perrea descaradamente hasta abajo, a luz bien bajita y música t´o jender. Hoy es el Chaleco, con c o k, me dá igual, la cara de una niñez mal concebida por padres inescrupulosos que les importa un bledo el devenir de los muchachos. ¿Preña´os, violentos, macharranes, drogos? Eso es el legado que le están, y digo ESTAN porque me libro de esto y así, un chorro de madres y padres responsables que acompañan a sus hijos hasta las tantas, a los senior trips, a los jangueos, con disimulo, cosa de que tengan supervisión. Pero hay otros, coño, que creen que los hijos son de yautía.

No culpo a los jóvenes, es más, quienes debieran cumplir una condenita por la poca vigilancia y seriedad con la que crian a sus hijos, manduletes o no, debería ser suficiente para que pasaran par de días tras las rejas, porque así sabrán hacia ónde están mandando a sus hijos.

Meeeera y que los nenes mandan. Pues no es así. Y sigo con el lecture que me daban en casa: "Mientras vivas bajo mi techo hay reglas que tienes que seguir". Con esa cantaleta a cada quien le tocó asumir su responsabilidad.

Podrán tratar de echarle la culpa a la Secretaria de la Familia, a los de Hacienda, a la Policía,  al  gobernador de turno, a Juan de Los Paslotes, pero la responsabilidad tiene dos nombres: PADRE y MADRE.

Quien me diga que escribir sobre esto es más fácil que la tabla del cero, está bien equivocadito. Mis hijos sobrevivieron a la adolescencia con disciplina, y la vieja escuela de que en casa mandan los padres. Dentro de todo eso, fuimos chaperones de equipos de voleibol, nos enfrentamos a los líos comunes de las escuelas, maestros y principales, combo agrandado. De las anécdotas que más me gusta, es cuando fuimos bouncers en discotecas, acá en Puerto Rico y hasta en Punta Cana. Sé que no es fácil criar a los hijos, pero hay que dejarle los valores y la disciplina como ejemplo, y en casa es que se empieza.

Ya está bueno de ensalzar a quienes son irresponsables, Andrea Desastre y Ana Kachonda  incluídas. La vida no es de queso y se come con pan, se trabaja y lucha. Hay tiempo para el jangueo, el sexo y el disfrute, pero todo tiene su disciplina. Lo que más me jode del asunto es que después los padres irresponsables preguntan ¿qué hago? Mire, póngase pá su número.

martes, 20 de marzo de 2012

El amor y la locura

¿Cómo es que a unos sí y a otros, no? Me explico. Las leyes en esta Insulita están al garete, las familias también.  Resulta que en menos de dos días han asesinado a dos chicas, digo sus parejas consensuales, sentimentales o lo que sea. Ellas se unen a la lista de mujeres asesinadas, niños, y taaantos otros que no hay papel que aguante nombre. Me preocupa que en estos casos de mujeres asesinadas  a manos de sus parejas, y a la sazón de cualquier ser humano que muera por las mismas razones, no se trabaje desde la perspectiva de una relación de codependencia: para cada víctima un victimario y vice versa.

Hacerse la víctima, dentro de una mente distorsionada es llamar la atención de la pareja. Hacerse el fuerte, y humillar hasta lo último, es ejercer un poderío descontrolado. Ambas personas, jovenes o maduros, están  bien malitos de la azotea. El amor propio, la dignidad y el respeto son desconocidos. Han aprendido mal los valores o nunca los aprendieron. Jamás se dieron el espacio para amarse a sí mismos para amar a otros.

El que a hierro mata a hierro muere, y se muere por dentro.
Sea como pareja o en comunidad, dentro o fuera del marco familiar, las frustraciones no se trabajan de manera adecuada. La fuerza, la violencia y el descaro sehan apoderado de la psiquis para quedarse ahí. La maldad es, sin lugar a dudas, la falta de bondad. Y para avivar el fuego que consume los valores, le damos al pueblo  novelitas insólitas 24/7. No si te digo que hay que joderse.

Los medios siguen con la cantaleta de ensalzar al maleante, y hasta las leyes promueven este disparate, porque resulta rentable para el estado. ¿Necesitamos más crímenes para más fondos federales?

La verdad es que el tema tiene muchos ángulos y no es fácil entenderlo ni lo pretendo. Hay que tomar responsabilidades, todos juntos, cada quien por sus actos. Hay que mandar pa´l infierno ese "ay bentido".

Entonces, cabe preguntarse ¿por qué se juzga por un lado a la madre que por accidente fortuito olvidó a su hijo, quienmurió, y  ellapurgará su pena toda la vida? ¿Por qué a los que callaron la violencia doméstica, de género o lo que sea,  no les crean una ley de esas pintorescas que los haga cómplices de la muerte de otro? ¿Por qué carajos no acaban de buscarse una ley estricta y empiezan por averiguar las poca vergüenzas que pasan en el sistema judicial y de pasito, mandan a don Millo a las pailas? Digo yo acá, no hay más ciego que el que no quiere ver, y el doñis este no sirve ni pá llevar la puerca al berraco. 

viernes, 2 de marzo de 2012

Peludo lío que heredé

A la verdad que lo que heredé fue literalmente un peludo lío, una madeja de enredos que ni se entiende ni se deja entender. Cuando mi hija me dejó a su perro Zeus, un condenado pero gracioso chihuahua más sato que el carajo, con un talante de mil demonios pero paradójicamente dulce, jamás me imaginé que tendría que lidiar con un perrito mal habla´o en su idioma canino, gruñón y pa´colmo enemigo del baño.

Cada vez que decido darle un buen baño tenemos una guerra, hay que correrlo por toda la casa y cuando al fin, bajo treta y engaño le quitamos, sí porque uno solo no puede, el collar, saca todos sus dientes a ver si intimida a uno y le perdonamos el enjabonamiento.

Hoy me tocó a mi solita el dichoso ritual del bohemio chihuahua. De seguro que ni el propio César Millán, que se jacta de ser encantador de perros, puede con este loco de la vida. Tuve que hablarle de cariñito, sobarlo como si fuera pan de  manteca, decirle que era lo más lindo de su raza, aunque fuera embuste, calentarle el agua para que se creyera que estaba en un spa, y con tó y eso, el condenaíto perro, me dio trabajo para bañar. A la verdad que el boxer que teníamos antes era más manejable que este perro malhumorado.

Luego del estregamiento, limpieza de orejas y todo lo que conlleva el grooming casero de la pulga canina esta, me dí cuenta que con su alegría me agradecía el bañito, que al fin internalizó que le hacía falta, porque no podía pasar por la vida como un realengo más. Así que con toda su parsimonia, luego del secado, decidió que un nap en el sofá era el must de la tarde.

Sea la estampa, y eso que el perro no era para mí...y ahora me lo endosaron con tó y rabietas. Pa´colmo suelta pelo como hippy, y es un busca bullas incondicional. Ay, Zeus, me das trabajo pero te quiero.  No sé que sería del mundo sin el cariño de los perros, aunque los míos me muerdan de vez en cuando.