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jueves, 26 de febrero de 2015

El Colectivo Yal no se siente aludido

Hace unos días, ví como una divinísima yal se mofaba de otra yal en pleno centro comercial. De yal a yal no se llevaban ni un rolo de dubi. Las dos con carteras de diseñador, obviamente falsificadas, las uñas más largas que la esperanza de un pobre, y con las greñas más estirás que si tuvieran cirugía estética. 

Mientras vociferaba los comentarios sobre la yal joven, y esto parece una odisea para tratar de contarlo, la yal más vieja, insistía en que la muchacha era muy cafre.  ¿Sería que no aceptaba competencia? No sé, ni me quería enterar pero con estas griterías, y el blue tooth en la oreja, fuimos muchos los atónitos que nos sentimos ciertamente incómodos ante el espectáculo.

Me alejé lo más posible de ambas, mujeres, cosa de que no se fuera a formar una trifulca. O la joven era sorda, o dejó por loca a la otra. 

La musa filosófica de cuneta me hizo pensar si estas yales, tan finas y educadas, se tratan de semejante manera, imagínate en la casa, con la familia y los seres queridos y no tan queridos.
                         La definición en caricatura del periódico Metro P.R. me encanta.


Estas yales, y los yales cacos, su contraparte masculino con todo y medias altas con chancletas Jordan, calzones de baloncesto que dejan al descubierto medio calzoncillo, y para colmo, camisillas, tienen muchas cosas en común. Entre ellas, un aire de grandeza para ocultar su ignorancia, un afán de ser más Kardashian que Kim, y para colmo, a las mujeres la ropa les queda chiquita y ajustada, y a los hombres, grande y escurrida.

De los blinblines ni te cuento, porque me da el soponcio.

En estos días en que se opone la clase trabajadora al IVA, en  las vigilias de los estudiantes, de los ciudadanos trabajadores y de otros sectores, no he visto al Colectivo Yal, el que no paga impuesto, no trabaja, vive del gobierno y del cuento, y peor aún, tiene derecho al voto.

El Colectivo Yal no me representa pero por desgracia compone gran parte de una sociedad sin fuerza moral, que en muchas instancias parece ser la imagen de las puertorriqueñas. 

Me rehuso a que el Colectivo Yales no pague impuestos y tenga voz y voto en el asunto del IVA. Espero que ni se me paren al lado. Uuuuyyyyyy.

Derechos Reservados .ADH. febrero 2015.
  

lunes, 16 de febrero de 2015

Entre el IVA, la Linterna Verde y las Canas

Estoy buscando unas camándulas y un velón blanco para ver si el espíritu de Cantinflas, con su verbo más cuerdo que el que hasta ahora he escuchado de los políticos nuestros, puede venir y aunque sea mediante una Güija, me explica qué rayos es el IVA ese que nos quieren enganchar diciendo que no hay que rendir planillas si ganas menos de 40 mil dólares.

San Cantinflas, porque me tomé la libertad de convertirte en santo, dito, dime que lo que escucho no es reforma y si es reforma, que me van a sacar más chavos con leyes que no se entienden, y pa´colmo en la Insulita, se murió Linterna Verde.

Tengo una confusión de mil pastores, y parece que cada día me enredo más con toda la información que aparece en los diz que medios informativos. Primero, que si hay marcha contra el IVA y no me dicen cuando y a qué hora, pero aparece una pastora incitando a las masas de rodilla pelá --y no soy yo que me caí jugando--para que no toleren los libros que  hablan sobre la igualdad de todos los seres humanos, sin importar con quien se acuestan...

Para colmo hoy es día de fiesta de los que Agapito no nos quitó pero que me tienen confundida porque ya no sé si Viernes Santo se celebra en Thanksgiving, y si el 4 de julio es un instrumento musical.



Como cherry on top of the cake, se muere Linterna Verde y lo velan con el atuendo ese y en vez de muerto parecía una gallina de palo con telas de araña detrás. Dito, juro que si a uno de mis hijos se les ocurre semejante idea conmigo, y piensan embalsamarme con un over dose de botox  para parecerme a la Joan Rivers y luego vestirme de Cleopatra, les preparo un conjuro de 7 pares. 

En medio de tanta confusión, me fui a caminar un poco y me topo con esta doñita que andaba con su marido...Ella me dice, "Nena, me encanta tu pelo. Te estás dejando tus canas y te lucen muy bien". Al menos me alegró el día. Sí, llevo casi dos años sin teñirme las canas, y respeto cada una de ellas. Claro, con lo caro que está todo, el look del momento es todo  VINTAGE, hasta el pelo. Y si me notan más flaca, recuerden que no esoty enferma, sino que los chavos no dan para hacer ni la compra. A eso me le suman que ahora no puedo decir que fui a un colegio, y que enviamos a nuestros hijos a que tomaran clases en escuelas privadas, porque no valemos ná...Seguiré más flaca y con canas...y a mucha honra.



Derechos Reservados, febrero 2015. ADH.