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lunes, 8 de diciembre de 2014

La tristeza nos invade junto con los impuestos

Estoy confundida, y supongo que muchos también lo están. De cara a las Navidades me invade un sentimiento de tristeza que va de la mano con la invasión de impuestos que nos siguen poniendo a los que quedamos trabjando en el paísito de las Maravillas, la Insula Indómita, donde se supone que según los estudios más recientes, vive la gente más perfecta del mundo. 

¿Perfecta? Perfectamente idiota, pues somos muchos los que en alguna ocasión nos hemos cuestionado por qué carajos votamos por unos políticos que tienen menos sentido común y ético que Bart Simpson. Es que cada día que pasa se me hierve la sangre con las atrocidades que escucho entre la supuesta clase gobernante del país.

Mientras son muchos los que se quedan sin trabajo, porque las compañías y empresas pequeñas están cerrando por los costos energéticos e impuestos, esto de en plena Navidad, cuando en vez del bono le zumban la carta de despido, los atorrantes políticos de esta Insulita andan buscando chavos para pagar una deuda que cada día es mayor, pero no dice ni uno de ellos, que va a eliminar los carros caros, los choferes y los asesores por un  Toyota Yaris, que guiarán el o ella, una secretaria y un solo asesor.

Se supone que votamos por un candidato, no por una recua de gente sopla pote, que lo mejorcito que hace es colar el café y decir que el legislador está reunido cuando alguien lo llama por teléfono, y de seguro está jugando Soda Crush y no pasa del nivel 5.

No si te digo, estoy loca porque se largue este año, y que el otro pase como guineo en boca de vieja, para que el desastre que estamos viviendo se acabe lo antes posible.
Queda probado, con la crudita y asuntos similares, que tenemos un gobernador sin un ápice de noción de lo que es poner la acción donde empeña la palabra. Cuando dice algo, esperen lo contrario.

Ahora bien, no sé todavía en qué quedó el asunto de hacer una pista de patinaje sobre hielo en Juncos, ¿será que iremos en algún momento a las Olimpiadas de Invierno?
Me cuestiono muchas veces por qué con tanto parque de pelota y piscina, quedan tantos niños sin aprender a jugar y a nadar...por qué con tanto afán de reforestar, siguen cortando árboles a lo loco en todos los municipios, por qué en una Insula dónde hay tantas iglesias, hay tanto crimen. La ecuación no me cuadra ni a marronazos...para colmo, existen abogados que juran que se comen los niños crudos y les da con representar a los irrepresentables, esos criminales que no perdonaron la vida de otros, y ahora quieren seguir viviendo a cuenta de los impuestos mios y tuyos. Nada, que si sigo preguntándome cosas, Agapito me pone otro impuesto...por preguntar y pensar.

Vamos a ver cómo será la pesadilla de las planillas del próximo año. Por lo pronto, menos bombillas y menos festejos en las Xmas...

Derechos Reservados. Diciembre 2014.