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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Velorio y Ventorrillo parte 2


A veces quisiera que reencarnara Francisco Oller y pintara el Velorio, versión siglo 21, con todos los upgrades requeridos. Para hacerlo más internacional, el mismito Picasso podría llegar a ver las curiosidades que se dan en los Velorios con Ventorrillos de la Insulita.
Esta semana, y ante la descomunal cobertura de los medios noticiosos y de chismes, por la muerte del Macho Camacho, quien a decir verdad en pocas ocasiones ví sus entrevistas porque no entendía ni papa de lo que hablaba y como no ponían subtítulos en español, me aburría, y menos sus peleas, porque salía con disfrazado de cuanto animalejo, chupacabras incluido había, me dí cuenta de que no importa el status de las familias, siempre se forma la de San Quintí cuando hay muerto de por medio. Eso sí, en este casito que nos ocupa, los ventorrillos no eran pa´irse a dar un palo, sino las pescozás que matizaron la versión puertorriqueña de familia disfuncional en High Definition.

Era de todos conocido que el Macho vivía la vida on the edge,que se mezclaba con el mundillo de la droga, y traqueteaba con el perico. De eso no hay dudas.  Que tuvo goria deportiva en su momento, ajá, muy bien. Pero lo demás se sabía y ya habían atentado contra su vida. Era cuestión de tiempo.

Desde declararlo brain dead y ante la negación familiar, se predecía que sucedería algún inconveniente pero de ahí a los puños entre mujeres, a las discusiones entre el padre y la madre, y luego entre personas que fueron al velatorio, creo que fue mejor que el tipo estuviera muerto y tieso en la caja.

Eso de que una querida le plantó un beso al muerto, me pareció ridículo. Digo, ese beso debe haber tenido esencia de formol. Y que después se formara el vente tú con uñas acrílicas de por medio, no podía imaginármelo hasta que ví el vídeo. Digo, se pelean las familias y se discute y se mandan pa´l carajo, de les da delete a los indeseables, pero eso de JALTALSE a galletas, y decirse cuánto improperio se pueda crear en varios segundos, frente a un público que sigue a lo que creen que era un modelo en su deporte, dejó ver la calidad de familia y el entorno del Macho. Todos vivían del tipo y del cuento, necesitaban los 15 segundos de fama y lo consiguieron. Que yo sepa, ninguno ha dicho sobre los sospechosos del asesinato que ya están en manos de la policía. Lo mejor de todo, es que el rumbón del velatorio que ha durado más que la esperanza de un pobre, se fue a la gran urbe. Yo tengo fe en que las Mob Wives de allá, tan finas ellas, no caigan en el funeral parlor a besuquear al muerto. Menos aún, que Maripily aparezca con un traje amarillo de diosa taína, contorneandose como vedette de mala estirpe, debajo de un abrigo de pieles semejante a una alformbra shaggy de Casa Febus.

Por Dios, que los que tenemos dos dedos de frente hemos roto con la cafrería inmunda que permea en la psiquis portorricensis, y si son cafres los parientes y dolientes, los bloqueamos de nuestra existencia porque no componen nada que digamos. De eso no hay duda. Un primo querido decía que en los velorios se hacían los mejores chistes, en este todo es un chiste surreal a la enécima potencia.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cerrando capítulos


Luego de una semana en la que entre el pavo de Acción de Gracias y la desgracia del Macho Camacho, con ataques en Gaza, y líos de todo tipo, en particular cuando se hicieron las esperadas filas para comprar ¿comprar? el Viernes Negro, no hay mejor cosa que cerrar capítulos.

En la Insulita, ya hechos expertos en críticos, jueces, peritos forenses, porque somos los más de los más, todavía había gente masticando el pavo cuando ya estaban entrando a los comercios, al filo de la medianoche. Mire compay, a mi no me agarran en un jolgorio de esos ni loca. Primero, que no exsite necesidad alguna, segundo que esos días son para pasarlos en familia y tercero, que no necesito comprar ná más aún cuando los chavos están escasos.

Muchos, en vez de dar gracias, salieron desPAVOridos a comprar chucherías electrónicas que ni saben usarlas. Otros fueron pa´que no les cuenten y los demás a trabajar observando la locura humana en todo su esplendor.

Mientras eso sucedía, que si el Macho vive es un milagro, que si lo desconectan...pero  ¿y el asesino? No ese anda suelto y rampante, eso no le preocupaba a la gente. Esto era como un Mira quién  Baila subido de tono.

Por esto, y porque ya estamos en las postrimerías de un año de tragicomedia en la Isla, empiezo a cerrar capítulos. Ya puse todo el papeleo de mi escritorio guardado por si acaso lo necesito en un futuro, eliminé lo que estaba en desuso, y las malas vibras que se vayan pa´l carajo. Al atrevido que me pidió que dejara de escribir, le dí delete, de un teclazo. Y ahora, a ponerme las pilas pa´lo que venga y lo que voy a desarrollar. A cerrar capítulos viejos y abrir nuevos, esa es la actitud. Lo demás, que se vaya con el Macho y la guaracha, a otra parte.

lunes, 19 de noviembre de 2012

La otra Pilar

Eso de que le enganchen a uno el nombre que mejor le plazca a los padres, en algunos momentos de la vida puede ser más que tedioso. Prefiero mi primer nombre, el segundo, pues qué remedio, me acostumbraron a usarlo en el ámbito familiar.  ¡Qué rayos, a esta altura de mi vida no me lo voy a cambiar! Eso sí, me identifico con eso de ser una columna en Zaragoza...de todos modos el pilar no es más que el soporte de algo. ¿Será por eso que tengo que soportar muchas cosas? Qué importa.

Soy la tocaya de una parienta cercana, que tiene carácter fuerte, que no se deja amilanar por nada y que dice lo que piensa. Con ella me identifico por lo luchadora, y si la ponen en un ring, voy a ella. Contrario a otras mujeres que se tiran a un lado cuando la vida no les favorece del todo, ella agarra el toro por los cuernos. Y ahí, aunque fuerte de carácter, dura por la escuela de la vida, tiene un corazón muy grande.

Es muy diferente de otras Pilares que he conocido. Ella, no siente esa avaricia que carcome, tampoco aparenta lo que no es, no se recuesta de sus hermanos para hacer su vida y menos aún se mete en la de los demás. Así la veo, y con el pasar de los años, a ido creciendo mi admiración callada por ella. Desprendida y sincera, qué mejor manera de decir que nos llamamos igual, y que compartimos con humor en las buenas y en las malas. Las demás que lleven nuestro nombre, deberían ponerse pa´su número y si andan tambaleándose en la vida, qué cambien que el devenir es lo único seguro. Y cada día, hay que reírse, echar pa´lante y vivir hasta que el cuerpo lo resista. Eso de querer vender una silla de rueda como si fuera un carro Smart le quedó de show. No si te digo que tiene ingenio.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mr. Z y el Ninja

La familia que sobrevive a una remodelación de la casa, viviendo en ella, es más que valiente. Mi hermana me decía, quien sobrevive a la remodelación de la cocina, no se divorcia. A la verdad que esto de meterse a mono, a remodelar con todo lo que conlleva, es requisito para la beatificación.

Lo que se suponía que era un trabajo sencillo, de una semana, ya va para un mes. Nunca aprendí lo suficiente de los home makeovers de HGTV. Lo peor es que acá las casas se hacen de concreto armado, y no de palitos como en los EE.UU. Las de acá aguantan huracanes, y aunque nos quedemos casi un mes sin energía eléctrica, sobrevivimos con los zancúdos condena´os, y el murmullo de las plantas generadoras...

En casa están trabajando dos personajes, que van más allá del surrealismo. Uno es Mr. Z, y desde ya cualquier cosa que se rompa, hay que consultársela a Mr.Z. Es joven y de carcajada franca, trabaja a su estilo y con ideas, pero hay que tenerle paciencia. Su tiempo no necesariamente encaja con el tiempo de los demás mortales. Anuncia su llegada con una risa contagiosa. Eso me gusta porque está de buen humor casi todo el tiempo. Se ríe hasta de su sombra.

Su ayudante, el Ninja, por poco me saca el corazón el otro día, cuando temprano por la mañana, andaba cubierto de arriba a abajo como mujer talibana, sólo se le veían los ojos. Su condición asmática no le permite inhalar tanto polvero, ese que yo me trago todos los días por masoquista.

En estos tiempos en que uno tiene que rebuscar la gente que pueda trabajar en la casa, este dúo es decente, respetuoso y con deseos de trabajar. Se las buscan, como decimos en el argot puertorro de cada día. Eso sí, a mi me toca el bochinche de correr como guinea de un lado para otro, trabajando y tratando de mantener el temple ante esta cirugía mayor que necesitaba la casa.

Ay, le tengo que dar gracias a Mr.Z y al Ninja por la paciencia que nos tienen, y nosotros a ellos. Total, si no terminan a tiempo, tengo buena excusa para cachetear el pavo en otra cocina....Salud.