No somos iguales ni a marronazos
Por: Amanda Díaz de Hoyo
Por: Amanda Díaz de Hoyo
Estoy hasta
la coronilla con los clichés que la gente repite como el papagayo. Es
frecuente ese de que “todos somos
iguales”. Pues no lo somos…literalmente.
Tendremos los mismos derechos pero en esta sociedad del siglo 21 en Puerto
Rico, los derechos ya no vienen acompañados de responsabilidades. A parte de
ello, nadie es mi doble, ni mi triple, ni piensa igual que yo. Soy única.
Hay
opresión contra el que trabaja dignamente, y el que se queda en su casa, que
como dice El Gran Combo “y no hago más ná” recibe todos los beneficios por no
dar un tajo.
Conversando
con dos colegas periodistas, cambié impresiones sobre este tema, en particular
cuando el gremio está transformándose de manera vertiginosa. Resulta que cuando
un periodista se queda sin trabajo, por lo general, se queda con las mismas
deudas y la preocupación de echar adelante a los suyos. Cuando puede hacer sus
chivos, que cada día están más limitados, entonces el dinero no le da ni para chupar limbers.
La compra
de los alimentos básicos, se le hace cuesta arriba. El pago de la energía
eléctrica, el agua y los demás
servicios, son imposibles. No hay subsidios para quien está desplazado y
con preparación académica.
Lo peor es
que cuando vas con los chavitos conta´os, y compras lo justo y necesario, llega
esta persona, que tiene en su carrito hasta ancas de rana y rabos de langosta,
y paga con la tarjeta de la Familia. Claro, la sustrajo de una cartera Michael
Kors, con el IPhone blinblinea´o hasta más no poder. Cuando el cajero le informa que las Medallas
no las puede pagar con ese dinerito, entonces pone el grito en el cielo. Tú
detrás sufres y estas a punto del soponcio.
Al otro
día, de segurito ves a la de la MK, en Entre Nosotras, con un cuento de esos
para que la Mueblería Ileanita le regale un televisor High Definition de 72 pulgadas cosa de colocarlo
en la sala del apartamento del residencial, ese que no paga, porque es de la
abuela, que figura como persona de necesidad. Entonces, cuenta que de los 5 hijos que tiene, 4 son de
educación especial y el benjamín no porque todavía está en Head Start. Todos son de padres diferentes y desconocidos. La susodicha aunque llegó en transportación
de Sonell, tiene un BMW escondido bajo un toldo azul de FEMA, en el parking que
sigilosamente vigilan los capos del
punto de drogas.
Y uno acá,
tratando de entender la subcultura del mantenido por un gobierno con ínfulas de
Robin Hood, trabajando hasta el tuétano, barajeando las cuentas a fin de mes,
ahogado con los impuestos, sin break para pintarse las uñas o darse un blower.
Decides que es más económico y factible ir a hacer ejercicios para despejarte,
y te encuentras a la de la MK, con pantalones leggins de tigresa, una chaqueta
de invierno, los tennis más caros que pueda conseguir, las uñas pintadas de
colores neones diferentes a lo caja de crayolas, y para colmo un dubi, que tapa con la bolsa plástica que pronto
será pieza de museo.
Por eso
digo, no somos iguales, gracias al Universo pero cada día que pasa la
desigualdad social del país va
creciendo contra la clase media y
trabajadora. Qué nos den un break…ya está bueno.
ADHDerechos
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