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martes, 17 de junio de 2014

No soy Follower, soy doer

Voy a besar el piso, así como hacen los Papas católicos cuando llegan a un país. Pero en vez de en una tierra lejana, será cuando entre a mi oficina. Sí, voy a besarla, abrazarla y decirle que la amo...

Esto de trabajar con en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez, pero en el Jardín Botánico en Río Piedras, con viajes esporádicos al Oeste, encuentro con estudiantes, y poder compartir el conocimiento al mismo tiempor en que aprendes tantas cosas, es en vez de una labor, un honor y verdadero places, aún en los días más turbulentos y tediosos.

Resulta que estuve en un encuentro profesional educativo para personal de diferentes agencias de gobierno, tanto locales como federales. Es en este proceso de taller de aprendizaje que uno puede admirar la psicología del empleado de gobierno tradicional versus el no tradicional.

Aclaro que no soy ni perito en la materia de psicología laboral, ni quiero serlo. Digamos que me gusta retratar con palabras lo que veo más allá de lo evidente.

Con esto expuesto tengo que admitir que  por poco me da un bioco cuando escuché que la manera más rápida de enviar informes es por fax, una vez en semana. ¡No puh sel! Poco faltó para que dijeran que imprimen sus documentos con la mismita imprenta de Nuremberg. Pedro Picapiedras, apiádate de mi.

Si eso es así en un departamento que brega con la salud del pueblo, con razón estamos más lejos del siglo 21, de lo que imaginaba. La burocracia, el revanchismo político, los bandos van  más arriba que el interés por mejorar los servicios con una tecnología accesible. Tienen excelentes profesionales y científicos pero el sistema es arcaico a la enésima potencia. Por lo menos, eso comentaron. 

Los procesos administrativos que ocurren en ese sistema y, supongo que en otros tantos, en vez de aclarar los procesos, los complican. Por eso en vez de una persona capaz de trabajar en un área específica, tienen tres. Y yo me acuerdo de los chistes de los Pastusos, Esos que dicen que reemplazar una bombilla se necesitan 4 Pastusos, uno para el asunto de la bombilla y 3 para darle vuelta a la escalera donde está trepado. no ombe, con esas mentalidades no se puede llegar lejos. Hay que cambiar.

Ayer comprendí plenamente por qué soy una inadaptada laboral, luego de 30 años de servicio. Esto porque me distancio de los followers, de esos que siguen las mismas estrategias de siempre, sin innovar con los tiempos. De esos que todavía piden un abaco para llevar los números en sus oficinas, de esos que las  vidas le pasan en blanco y negro.

Lo mio es super mega  High Definition, full color y tecnologicamente correcto. Me ha tomado tiempo, pero lo mejor es que han sido los mismos estudiantes, y mis hijos, quienes unidos a las necesidades cambiantes de la tecnología en vez de dejarme atrás me agarraron de la mano.

Si no tengo WIFI en la ofi, me voy a un Starbucks, con mi Ipad, y resuelvo. O si no a un shopping center, o una biblioteca. No puedo esperar que un jefe lo apruebe porque entonces, en vez de ayudar al pueblo, lo hundo y estrangulo. A mi no me pagan por eso.Meeeeerrrraaaaa.

sábado, 14 de junio de 2014

Por la encendida calle antillana

Estoy convencida que eso de ir pa´trás como el cangrejo se está dando en la Insulita. Desde que los huevos se pusieron a peseta con los tejemanejes de la mala administración pública y pa´colmo los berrinches de los sindicatos que rigen la luz y el agua,   que para mi humilde entender están picando fuera del hoyo porque la guagua se les fue hace rato, esto se ha puesto de lo más colorido.

Ayer, con el calor de verano que está azotando a tutiplén. y mal rayo parta a quienes insisten en cortar árboles pa´plantar cemento, subía esta negra caribeña, de amplísimas caderas, con un tremendo lío de ropa en la cabeza, por la calle Comerío de Bayamón.

Yo estaba tras el volante, por lo que no podía parar en medio de la calle, buscar el celu y lucirme con una foto que era, de seguro la mejor del día. No puedo quitarme del recuerdo el haberme topado con doña Tembandumba de la Quimbamba.

En pleno siglo 21, y esa señora balanceaba aquél tremendo lío en la cabeza, y entiendan que es literal, era una sábana que arropaba un montón de vestidos o algo así. Era de tela, y ella la balanceaba como si fuera bahiana.

La postura para tal esfuerzo sobre humano, a mi entender de acomodada en el aire acondicionado, bajo el candente sol tropical solo lo puedo explicar de una manera: la necesidad obliga.

Tiene que ser por eso, y supongo que ella era caribeña pero no puertorriqueña pues esos asuntos solo se veían en las fotos sepias del año de los tatarabuelos.

Supongo que para aliviarse la carga, llevaría audífonos y estaría escuchando un tremendo merengazo para poder seguir su rumbo. Y yo acá pensando, las de mi Insulita no hacen eso porque se les daña el dubi y se le rompen las uñas acrílicas de diseño intrínsecamente multicolor. La mulata del lío me hizo el día.