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martes, 7 de abril de 2015

El deja vú de las carteras y el buen susto


Ven acá, esto de que vendan carteras copiadas de diseños protegidos en tiendas de Plaza Las Américas, el supuesto Centro de Todo, me dejó atónita. Ilusa yo, pensaba que los mercaderes de los kioskos itinerantes de algunas zonas de aceras, esos que venden las fotocopias chinas de MK, Gucci, Chanel, Tous y que en su día vendían como pan caliente las Britto eran para un tipo de clientes. Pero la gente de un comercio reconocido que hiciera eso...pone en manifiesto que hay una ignorancia de parte de los comerciantes, no solo de la ley, sino de la tecnología misma. Claro, cualquier diseño de los de verdad, puede verificarse en calidad y precio on line...pero suponer que como estamos en la Insulita paradisiaca  y que muchas leyes pasan con ficha, le sale caro a los demandados en este pleito de carteras copiadas.  Mientras me enteraba de la noticia, pensaba que la gente  no aprendió de la apóstol Maripily, la que se metió en líos cuando a los 4 vientos proclamó que en el evangelio de su tienda, exponía la obra de los mercaderes de los templos chinos de Nueva York, donde compraba réplicas de carteras de marcas famosas. Nada, ahora no solo las carteras, sino cuanto zapato se pueda pintar de rojo pasión en la suela, alude a los de Louboutin.





                                      Esta es una Alberta di Canio, en su empaque.


Supongo, por la cara del gerente cuando le entregan los documentos de la demanda y el recogido de las flamantes carteras --que insisto en que hay gustos que merecen palos, y para  mí 2 whiskies en las rocas en lo que los asimilo-- que el pobre se llevó el buen susto del día...

Por si las moscas, me puse a verificar mis carteras de faena, y las pocas que tengo que sé que son genuinas, antes de que se me presente a mi entrada de la casa, un agente que me indique que el mono de Kipling se trepa a los palos y los dardos calmantes no le llegan...


                                                     La del mono...Kipling. De todos modos, esas del monito las adoro por lo cómodas que  son...no son las más lindas sino las prácticas para mi trabajo. Y si el gerente pasó el susto, yo todavía estoy pensando en el que pasamos hoy  día cuando detrás de mi carro, mientras esperaba un cambio de luz, se desató un tiroteo de 7 pares, entre agentes policíacos y no sé qué delincuente.

De esta aprendí varias cosas. Una, que el susto es grande y en lo que uno internaliza lo que está sucediendo, pasan varios segundos que parecen una eternidad. Dos, que instintivamente uno busca bajarse para evitar ser blanco de las balas y, en mi caso, empujé a mi hija...que luego del susto uno se queda paniquea´o...y no puede concentrarse. Tres, que si puedes arrancar para el mismo carajo, arranca y no te quedes de presenta´o. Cuatro, que en un momento crítico como ese, lo menos que pienso es en tomar fotos o vídeo con el teléfono...y quinto, me vino a la memoria la obra del Gabo, Noticia de un Secuestro, y la ansiedad que me daba leer ese libro. Ah, pérate, que desde el retrovisor pude distinguir lo que es una pistola glock y un AK 47. Rayos, too much info for my eyes...
Entre el susto y los tiros conté como 10, algo así como lo que suena en una ristra de petardos. Lo único era que como estaba escuchando buena música, cellos y piano, me ayudó a mantener algo de calma.

El susto fue de espanto...no se lo deseo a nadie. Espero que esta experiencia extraña no se repita ni a jodidas en mi vida ni en la de nadie...ah, y todo a plena luz del día, en medio de la avenida. Y dista mucho de lo que aparece en las películas de Hollywood. Nada es en cámara lenta hasta que tu mente te sigue jugando con el recuerdo de lo vivido. 

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