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jueves, 28 de julio de 2011

Una pastillita contra la disfunción del sistema escolar boricua

Llevo días dándole vueltas al asunto este del back to school. Por años fui partípe del corre y corre de compras, uniformes, zapatos, libros y la bendita lista que mandan de la escuela pa´que uno compre cosas que no sabe a ciencia cierta si van a usar los muchachos.
Gracias al cielo ya salí de esa etapa con mis muchachos pero qué mucho dolor de cabeza me causaron. Puedo ciertamente decir que "estoy viva de milagro" después de los revoluces que por años tuve que resolver en materias escolares. Eso sí, a cada rato me daba la vuelta por la escuela. Claro, tenía que justificar el aprendizaje de mis hijos y el dinero que invertía en una subcultura de tranquilidad creyendo que los muchachos estaban aprendiendo al ritmo de la vida. En unas clases sí, en otras ni les cuento.
Una de mis preocupaciones mayores en esto de la educación, sea de colegio como pagamos muchos, o de escuela pública, dónde los padres desconocen muchas veces quienes son los maestros, o si su hijo corta clases, y no quiero generalizar, porque son muchos los padres comprometidos con sus hijos pero también hay otros que no saben ni la hora qué es, es la masificación de los maestros. Y esto va en todas las ramas profesionales. Cuando se enseña de corazón, los muchachos aprenden. Cuando es por los 15 y los 30, esos días de cobro tan anhelados, la cosa cambia, son menos inventivos, creativos y muy monótonos. Algo que a los muchachos les fastidia porque es más fácil ver la clase de historia en History Channel que la burundanga incoherente que puedan presentarle en el salón. Las clases hay que hacerlas divertidas y con buenos sistemas de presentación a tono con la tecnología.
De hecho, los maestros de escuela secundaria deberían enseñar a los muchachos a hacer matrículas universitarias por programas de internet, a tomar clases a distancia y a contestar proyectos on line. Pero los dejan cruditos. Si los padres, los hermanos o los panas los enseñan, a pueh bien, que Dios rreparta suerte.
 Eso es una muestrita de lo que pueden mejorar. ¿Y la ridiculez de que en kinder un estudiante tenga más libros de estudio que un PH.D en su carrera universitaria? Bonito negocio pero quién certifica que usen tanto libro cuando deben estar trabajando las destrezas motoras y primarias para desarrollarse en el mundo? Claro, todo es comercio y competencia desmedida. Ah, y después le pegan al carro el sticker famoso "Mi hijo es estudiante de HONOR". Quisiera ver en los carros de los hijos " Mis padres son drop outs" pa´que vean.
En un sistema dónde la competencia material va por encima de la intelectual, dónde los muchachos tienen más recursos fuera que dentro del salón, esto es un reto para los programas tradicionales escolares.¿Qué tal si el muchacho es más listo que el maestro? Aquí no hay ayudas. Si está "retrasado en el aprendizaje" o tiene algún tipo de problema de estudio, enseguida le enganchan el ritalín bendito. Eso debe usarse en casos realmente meritorios.  A veces el ritalín lo necesitan los padres y maestros.
Insisto que tenemos un sistema disfuncional por muchas razones:  reitero que la primera es la masificación de profesionales en universidades, unas buenas y otras no; los padres que delegan todo tipo de aprendizaje a la escuela y no dan ejemplo de responsabilidad: y unas administraciones viciadas con matices políticos que ná les importa lo que suceda. A parte de esto, las clases pudientes insisten en que los gobiernos mantengan el elitismo en las universidades del estado, cosa de que su reino económico no se afecte ante nada. No hay que ir a Harvard para darse cuenta de esto, invierten más en presos que en estudiantes. Ea rayos, acabo de ver que " las escuelas están listas para el regreso a clase". Supongo que a pastillazo limpio,pepas pa´l maestro y pepas pa´l estudiante.

miércoles, 20 de julio de 2011

Los realities de la vida son mejores que los de la tele

Ok, tuve que respirar despacio, inhalar, contar hasta veinte, Zen, exhalar. Estaba en una sala de espera, y mientras todos veían cómo se despedazaban familias "reales" en un show de televisión, observaba muda, atónita, la ficción real de la vida en carne y hueso.  Ya estaba casi convulsando, creo porque ví logos de Tous, Britto con lentejuelas, Chanel en un diseño insólito, y hasta Hurley, este último era ´verdadero, cuando una madre preguntaba a su hija de 14 años si el novio que la había preñado vivia en el caserío o en la urbanización. Too late, lady. Tenía que sentarse con su hija a hablar hacía tiempo, no cuando tiene tres meses de embarazo y un cuerpo que apenas despunta en la adolescencia.  Entonces, me dí cuenta que la niña no tenia la menor preocupación por su estado, y me dije en pensamiento "La ignorancia es atrevidísima pero es mejor que no sepa los riesgos que corren tanto su vida como la de su bebé". Ese drama era por un lado, por otro estaba la obesidad de la mayoría de las mujeres jóvenes, evidencia de mala nutrición y sedentarismo asérrimo.  Sólo había un ente común entre todos los que esperaban, desde el más humilde hasta el más encopetado, el smart phone. Entonces me repetí, inhala y exhala, aquí lo más inteligente e intelectual son los condena´os teléfonos, status symbol para los que no lo sueltan ni en las cuestas, instrumento de trabajo para quienes nos halamos las greñas cada día al ver que con los impuestos de uno viven unos cuántos, que se quejan porque tienen que pagar algún deducible...y siguen multiplicándose...sin piedad por el Planeta.

martes, 19 de julio de 2011

Spain trip con Ego, gracias a mi security blanket

Toditito en la vida es relativo y desde que  Einstein vino con ese asuntito de la teoría de la relatividad, de la que voy a destacar los conceptos tiempo-espacio, y masa cambiante, estoy convencida que me salvó del surrealismo vivido en días recientes fuera de la Insula Barataria.  Eso de que la masa toma forma y luego se deforma es más cierto que el carajo. Una masa de turistas locales, con problemas de Ego puede ser lo más enajenante y surrealista para unos así como instrumento de aprendizaje para otros. Mientras entamos en la zona de seguridad, muchos creen, insisto, CREEN, que son Dioses del Olimpo. Cuando vamos fuera de los confines isleños, entre boricuadas y egos, se pierde el sentido. Eso de creerse, como dicen en España, la Ostia es una cosa, y estar convencido de serlo otra.
Entonces, vemos turistas locales que por cosas del azar de la vida, tienen un poco más que otros, en términos econonómicos, y cuando se proyectan en el extranjero pretender ser un cruce entre un Onassis y un Weekend at Bernies. Por ahí va la cosa, el exhibicionismo pedante de quien cree ser lo que no puede. 
Luego del Spain trip, o a la sazón cualquier trip, se vuelve el turista local de ego inflaíto como globo, este celebrity entre pares. Mientras andaba por aquellos lares, iba más asusta´o que gato para baño pero una vez se engancha en el avión de regreso, se forma la de Trento.  Las líneas que hicieron para la aduana en Europa, o para la ride en Disney, o para la Estatua de la Libertad,  que eran organizadas, una vez acá se vuelven sal y agua.
Si viajan por manadas, la cosa empeora. Digo, las chicas de colegio con el maestro que vociferaba y que los federales mandaron a callar en pleno chequeo, por lo menos no me dañaron la retina con Britto. Eso sí por poco me causan un colapso mental cuando pretendían colar a media humanidad frente a los turistas exhaustos que con paciencia hicieron fila. Lo más que me gusto, y me quejé por ese conato de coladera, es al ver que no tenían razón ante lo que pretendían hacer, hicieron como los que van presos, mencionan a Cristo para justificarse. Cristo no tiene ná que ver en el asunto, no Buda, ni Mahoma, ni la madre parió a los que se creen tan aguzaós.
Si bien no me dejaron descansar en un vuelo largo, pretendían colarse, ah pues no...en la UPR aprendí ese arte y ellos no tenían la gracia.
Después de unos días en los que me dí cuenta qué valioso era Einstein con esos conceptos de tiempo y espacio, y la deformación de la masa, dije UBICATE. Aprendí a tener un lenguaje silente con el whisky como protagonista. Aprendí que tengo que aprender aún más  a ser paciente y que  no dejo que me piten como a perro sato cuando se quiere algo. Aprendí que mi zona de confort, mi security blanket después del estrés es ir a comprar un solo par de zapatos, una buena pedicura, y a reirme de las barbaridades vistas. Aprecio más el refrán de Jason: No me grites que no estoy ciego. Es que los que van en bonche se creen más que la Duquesa de Alba...hay que joderse con los paisanos wanna bes.

martes, 5 de julio de 2011

Con los pelos de punta requiem por mi wallet

Después de ver un anuncio de esos acumuladores de tereques y basura, entiéndase HOARDERS, quedé grave. La hoardermanía de acumular carteras para usarlas después y otras cosas que francamente no usaré me hizo recapacitar. Así que estoy decidida a un cambio drástico, nada de esas sacaderas semianuales de ropa y accesorios del clóset, sino quedarme con lo que vale la pena, lo que de verdad uso. Lo demás está...ocupando espacio.
Admito que estoy comenzando en esta asignación que me he propuesto. Hay quien dice que su sueño es alcanzar el Aconcagua o el Everest, yo me conformo con organizarme y simplificarme. Lo demás, lo googleo. Voy pa´llá pero con miedo. Pérate, pero qué muchas jodídas tarjetas de tiendas tengo...jum, zafacón en un lado aquí voy.Jajaja, tengo tarjetas de descuento de hoteles del mundo entero, y lo más gracioso es que voy a alguna hospedería y qué rayos sé que tengo la tarjeta. Nunca las uso. Descartadas. Se jueron. Las de pagar, retirar y de viajar, con esas me quedo. Ah, con las de par de tiendas que frecuento pero siempre me cuestiono pa´que carajos me piden la tarjetita de la tienda si no veo los descuentos. Me parece que es para que pague con ilusión y me saquen más facilmente los chavos.
Ok. Lista. Diablos, acabo de botar una tarjeta de Blockbusters. Creo que voy a convulsar, no quiero saber qué rayos viene después.
Seguí sacando de cuánto rincón tiene la jorobá wallet, que no es Britto por Dioh, sino de cuero, que no soy --haciendo la respectiva salvedad-- papelitos, anotaciones, sellos. ¡Qué mucha mierda guardamos en el wallet las mujeres!Luego  de años de organizar la difunta -- eso quiere decir que era buena-- me pongo a dispocisión de la nueva, bien organizadita, lo más aquél, en color sobrio, nice y me pregunto ¿saqué tó de allí?
Mucho wallet lindita pero no ví los chavos...se fueron en la otra.Total eran tres pesos pa´gasolina. Hay que joderse, no cabe duda.

viernes, 1 de julio de 2011

El sistema de salud en Puerto Rico, tranquilo, Bobby, tranquilo

Mientras muchos van  aterrados a una sala de urgencias, emergencias o como quieran llamarla, de un hospital en Puerto Rico, yo voy clara porque sé que me encontraré una escena surrealista y folclórica. Esta vez me tocó ir a mi, sujeto de una condición que no comento para salvaguardar las interiores de la ley federal Hippa. Entonces, me encuentro de momento en una sala atestada de pacientes, y la joven enfermera me dió a escoger, una camilla enjorcicá entre una columna y una tela que servía de cortina para la privacidad de otro paciente o moverme al pasillo, frente al baño. ¿Columna o baño? Columna escogí. Si la enfermera de Juan Luis Guerra le decía en voz baja "Tranquilo, Bobby, tranquilo", las de acá  cada vez que alguien las llamaba, casi demandando la atención inmediata, gritaban," Ya voy, que esto está lleno" y murmuraban por lo bajo, "qué mucho jode este paciente".  Hasta ahí la cosa iba tolerable, hasta que un supuesto ex usuario de drogas empezó a hablar de Cristo, a tó gender. O sea, dejaste la droga y ahora usas a Cristo para satisfacer la falta de estima que tienes. Pues sí. Omnipotente se creía que comenzó a tratar de descifrar las causas de los que estaban allí. Miré al techo, desde mi camilla y me dije" Nos salvamos con un House sin entrenar". Coincidía con el personaje de House, no por lo sabio, sino por lo imprudente y bocón.
Entonces la ley Hippa se hizo sal y agua, el extecato ahora pastor residente en un hogar para rehabilitados de drogas sabía que la del lado se había tratado de suicidar con medio pote de pastillas, que uno que llegó estaba más empepaó que él cuando se inyectaba, que el otro vecino de emergencia nació en Brooklyn y él también. Para colmo, criticaba el acento de los médicos locales al hablar el inglés. A punto de estallar, buscarle un overdose de vicodin  con ambien o de meterle una bola de naftalina por la boca estaba yo, que no me podía salir de mi lugar, pues en plena sala de emergencias me vistieron ¿desvistieron? para colocarme la bata de papel y llevarme a cirugía de inmediato.
En estos trámites estaba, cuando llegó otro excombatiente del mundo de las drogas que para mí estaba velando güira para el gabinete de los narcóticos. Allí en esa sala de emergencias médicas, que parecía un salón de psiquiatría estaba yo, tratando de alejarme de la locura de ver gente, que no tiene nada y acude a buscar servicios --como si fuera un country club-- y a exigir como si fueran reyes. Lo más que me sorprendió fue la cantidad de ancianos solos que llegaban en ambulancia. En ellos reflexioné, ¿Están solos porque son la pata er diablo y nadie brega? O porque los abandonaron. Sea como sea están allí, combatiendo más que el dolor físico, el de la soledad...igual que el extecato, cuyo ego se inflaba cuando en nombre de Cristo imploraba que lo aceptaran sin plan médico alguno...Metadona, si usuario de metadona. Y en las salas de emergencias del país cantaría el Gran Combo " No hay cama pá tanta gente".