Todavía estoy eleta después de enterarme de la poca vergüenza esa de una discoteca en la que nos nenes mandan. sí, mandan a tó el mundo pa´l carajo. No hay reglas de juego, sálvate si puedes, perrea descaradamente hasta abajo, a luz bien bajita y música t´o jender. Hoy es el Chaleco, con c o k, me dá igual, la cara de una niñez mal concebida por padres inescrupulosos que les importa un bledo el devenir de los muchachos. ¿Preña´os, violentos, macharranes, drogos? Eso es el legado que le están, y digo ESTAN porque me libro de esto y así, un chorro de madres y padres responsables que acompañan a sus hijos hasta las tantas, a los senior trips, a los jangueos, con disimulo, cosa de que tengan supervisión. Pero hay otros, coño, que creen que los hijos son de yautía.
No culpo a los jóvenes, es más, quienes debieran cumplir una condenita por la poca vigilancia y seriedad con la que crian a sus hijos, manduletes o no, debería ser suficiente para que pasaran par de días tras las rejas, porque así sabrán hacia ónde están mandando a sus hijos.
Meeeera y que los nenes mandan. Pues no es así. Y sigo con el lecture que me daban en casa: "Mientras vivas bajo mi techo hay reglas que tienes que seguir". Con esa cantaleta a cada quien le tocó asumir su responsabilidad.
Podrán tratar de echarle la culpa a la Secretaria de la Familia, a los de Hacienda, a la Policía, al gobernador de turno, a Juan de Los Paslotes, pero la responsabilidad tiene dos nombres: PADRE y MADRE.
Quien me diga que escribir sobre esto es más fácil que la tabla del cero, está bien equivocadito. Mis hijos sobrevivieron a la adolescencia con disciplina, y la vieja escuela de que en casa mandan los padres. Dentro de todo eso, fuimos chaperones de equipos de voleibol, nos enfrentamos a los líos comunes de las escuelas, maestros y principales, combo agrandado. De las anécdotas que más me gusta, es cuando fuimos bouncers en discotecas, acá en Puerto Rico y hasta en Punta Cana. Sé que no es fácil criar a los hijos, pero hay que dejarle los valores y la disciplina como ejemplo, y en casa es que se empieza.
Ya está bueno de ensalzar a quienes son irresponsables, Andrea Desastre y Ana Kachonda incluídas. La vida no es de queso y se come con pan, se trabaja y lucha. Hay tiempo para el jangueo, el sexo y el disfrute, pero todo tiene su disciplina. Lo que más me jode del asunto es que después los padres irresponsables preguntan ¿qué hago? Mire, póngase pá su número.
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