Vacas con caipirinhas y conato de desnudo

Esta semana comienza de la manera más pintoresca que hasta la fecha hemos podido tener. Ahora medio mundo es fanático del corned beef, el exquisito manjar que le atribuían por años a los hombres cornudos. como las vacas se fueron de juerga, ganaron libras, tienen más grasa que la recomendada por el USDA, y otros aditivos, a parte de que de un tiempo acá su precio se disparó como cohete, no llega el condena´o corned beef de Brasil.  Para completar, parece que en el enojo vacuno hubo venganza y a par de días del carnaval, le han prendido fuego a los almacenes que custodiaban las carrozas y los diminutos disfraces de este evento de tambores, desfreno y mucha música con caderas que van de un lado para otro, y todavía me pregunto si son en realidad mujeres las que andan en cueros...Meditaba sobre este tema en el servicarro de la farmacia, con una batucada puesta a tó gender, como merecen los acontecimientos, cuando de un BMW se bajó enojado un señor de la tercera ya casi cuarta edad, más cabreado que ná porque la clienta del carro de enfrente no acababa con su receta. Pensé que se formaría el lío egipcio en esa línea de carros. Luego, atendieron al doñito matatán que amenazó a la dependienta con quedarse esnú si no avanzaban con su pedido que iría a buscar en media hora. Ni corta ni perezosa, esta chatita le preguntó a la joven si estaba bien después de los improperios. Le sugerí con la elocuencia de las vacas del corned beef, que si se encueraba, le tomara vídeo y lo pusiera en You Tube...a ver cuántos clicks le daban en los retiring homes across America.