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miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Y tu madre dónde está?

Hay cosas que me ponen los pelos de punta y me quedan como los de Don King, paraítos y sin remedio. ¿Cómo rayos un primo de 39 años viola a su prima de 16 años desde que ésta tenía 14 y el 37? Si eso es cierto, porque aún hay muchos cabos sueltos, hay que indagar y ver que es el resultado de una serie de eventos desgraciados en la vida de ambos y de sus familias. Peor aún, y quedo eleta, hay una criatura nacida de esa relación y otra, que quedó estrangulada al nacer.

No sé si TLC quiere hacer un reality con estos dos seres, pero enganchar tanta aberración como el tipo que está casado con tres hermanas y ahora se casa con una girlfriend, está demás. Los líos del notorio papisongo William Elias, tan firulístico como se creía, con su harén de imbéciles y cantidad de hijos de por medio, con par de muertes dudosísimas de críos, abrieron al despelote de la curiosidad y el morbo todas estas situaciones aberrantes. ¿Acaso se le olvidó a este pueblo el casito de los padres que ofrendaban a sus hijas de 15 años al pastor viejo verde que por mi debe estar en las pailas del infierno?
¿Ahora pregúntome yo, y la madre de esa chica que desde los 14 años ha estado frecuentada por el susodicho primito? Mira nena, educación sexual no es darle las gracias al tipo después del orgasmo. Es responsabilidad. ¿Tu madre nunca te enseñó que como parte de la relación sexual, del coito, hay unas repercusiones en tu cuerpo y en tu vida? Ponte pa´tu número que criar muchachos no es cáscara ´e coco. Hay que rasparse trabajando duro con ellos.

Y la madre, o sea la tía del primo preñón, ¿no le enseñó a su hijo que hay implicaciones legales  y genéticas cuando se emprende una relación como la que él tenía? Ah, se me olvidaba, eso son palabras mayores. Del sexo no se habla en casa, sino en la calle. Del sexo no se habla en la escuela, los moralistas lo prohíben. Mire comay, mire compay, a otro con ese cuento que los muchachos saben más que las nigüas desde chiquitos. Háblele a calzón quitao y déjese de rodeos.  Digo yo la madre, porque supongo que el padre y tío está ausente...Déjen de ver tanta novelita estúpida y orienten a sus hijos. ¡Ño!

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