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lunes, 7 de enero de 2013

Del Chapulín Colorado


No fui su fan pero el comediante Chespirito con su personaje del Chapulín Colorado pegó una frase tan acertada en la vida de cada quien: Lo sospeché desde un principio.

Llegan situaciones a la vida misma en que todas las piezas de un rompe cabezas o de un Rubik´s Cube caen en su lugar sin uno tan siquiera plantearse el desenlace y entonces viene a la memoria el Chapulín Colorado.

Aplico esto a los recuerdos de sucesos que de una u otra forma quedan registrados en el hard disk y luego, sólo de un teclazo detonante, cataplún...ajá, por eso era que tal o cual cosa.

Se van a cumplir cinco años desde que me dí a la tarea de descubrir el por qué de muchas cosas, mediante la observación, el estudio y la objetividad. No todo lo que es hoy día es lo que será mañana. Todo cambia pero hay que ver el espectro de las cosas.

Un día tienes un familión, otro día tienes una familia plena. Llegan y parten seres, llegan y parten aconteceres.

Entonces analizas a cada quien desde tu experiencia y encuentras los patrones que se repiten en los caracteres que forman la novela de tu vida. Admito que siempre hay un bufón, un corre ve y dile -- al que ya saben que llamo Macario--, un pensador, y muchos artistas en todas las disciplinas. A parte de esos siempre habrá un Juan Bobo o a la sazón, una Juana Boba, y claro, un bruto o bruta con iniciativa. Hay de todo y cada uno es perfecto en su imperfección.

A simple vista, conocí a una "dama", que mientras se creía la gran señora, de muchas ínfulas y poder, ocultaba tras su coraza el miedo y la maldad. El miedo de que supieran que en algún momento alguien descrubirera la verdadera razón de su contencioso divorcio. El afán de esconder que hasta intentó disolver la vida de su marido ante una relación cuestionable para su elite y su status social.  Mientras por años ha creído que nadie sabe lo que pasó, el espectro del pasado está ahí, latente...y cuánto más crea ocultar, más a flote sale el asunto.

Todos escondemos algo, algún recuerdo, algún hecho, pero los que se esconden con maldad salen a relucir como gotas de aceite sobre el agua. Entonces, el miedo se apodera y comienzan a dejar rastros evidentes. De ahí al Chapulín...lo sospeché desde un principio.

Los golpes, las infidelidades, el materialismo absurdo, el creer que tapan el cielo con la mano, los matrimonios por conveniencia, el pseudointelectualismo son máscaras para ocultar lo vacío de su alma. Lo sospeché desde un principio.

Por eso Chespi, la pegaste mano...y seguiré en este estudio hasta que me vaya con los  Panchos.

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