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viernes, 4 de julio de 2014

Dependientes, Indepedientes, Viva la Independencia

Cuando en los Estados Unidos se conmemora la independencia, yo acá como filósofa de cuneta, me da con pensar que ante la crisis que vive la Insulita, cuando unos claman independencia, otros se aferran más a la dependencia.

Nada tiene que ver esto con el estado político en que vivimos caóticamente, sino con el lío de las piscinas, los subsidios de agua, luz y teléfono, la falta de liquidez en las pseudo empresas gubernamentales.

La independencia de quien trabaja, lucha y paga sus cuentas al día se resume en la conciencia tranquila porque no dependo de ayudas gubernamentales para hacer cada cosa que me propongo pero no en que me cojan de mangó bajito para tapar cuanta boquete económico me enganchan los políticos de turno.

En su momento marcharon los maestros, para señalar la injusticia de la reducción de sus retiros, habiendo realizado las aportaciones, también los policías porque sus condiciones económicas, pero los que botaron la bola y astillaron el bate fueron los de la  administración de la AEE,  la UTIER y sus pares de la Autoridad de Acueductos. Esos le siguen dando la lección al resto de nosotros, de que sus presidentes y directivos necesitan la dependencia  del gobierno en sus asuntos porque llevan las uniones y sindicatos con el mismo patrón de un puro banco capitalista. Los de arriba se llenan de chavos y los de abajo los mantienen. Por eso no hay políticas ambientales y de sustentabilidad en la Insulita. A este grupo no les conviene. Ellos son solo una muestra, lo mismito se repite en otras áreas.

El capitalismo y el comunismo ya no son que eran antes, y hay que ver las razones justas y humanitarias desde una perspectiva amplia, multidisciplinaria y multisectorial.

Uno de los mejores ejemplos de cómo cambian los tiempos son las condenadas piscinas en los residenciales públicos. Con una tarifa fija de agua, subsidios y veinte ayudas más, que vienen de los bolsillos tuyos y míos, los residentes inescrupulosos --porque no todos son como los que presentan en los noticiarios ni en las redes sociales-- que no quieren enfrentarse con la dura realidad de que hay sequía por lo que tenemos que ahorrar agua, insisten en llenar sus albercas  color toldo de FEMA, y con mucha frecuencia las más caras del mercado, con el liquido que apenas pagan. No estoy contra el chapuzón de los muchachos en el verano, es contra el mal uso de los recursos por parte de personas que se ven muy aptas para trabajar y mantenerse. Es más, la mayoría de estos que han aparecido en la tele están gorditos mientras los que están dejando el pellejo por el país, están más flacos que antes. No por ejercicios, sino por una dieta estricta de no tener chavos casi ni para comer pero tienen, en contradicción, para no recibir ayudas. Es más, cuántos hay con dos trabajos para mantenerse. Son muchos y las ayudas son finitas.

Con qué cara de lata exijo una piscina llena de agua, si quienes la pagan no tienen ni para tomársela. Con qué cara exijo que se me mantenga el subsidio de la electricidad, si tengo mi aire prendido 24-7 y quienes trabajan duro, lo piensan antes de encenderlo aunque el calor sea del mismo infierno. Con qué cara le dicen a los de Emergencias Médicas que le van a quitar $$$ si los pagamos en cada factura de teléfono.

Yo quisiera independizarme, sí de este grupo de personas que creen merecerse todo, de la idea del mantengo, no por caridad sino por cojones, de la pillería en todos los niveles, Es más, quiero la independencia de estado e iglesia, porque esta última corroe el progreso para vender su negocio como lo es, un ente capitalista, donde los de arriba viven a cuenta de los de abajo. Sea la estampa de este Trópico Indómito, Viva la Independencia, por lo menos de ideas.

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