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jueves, 23 de febrero de 2012

Encuentro con un político previo al lío

Todavía no lo puedo creer, estoy casi patiestática. Esta semana he trabajado bien duro y ayer, entre la UPR y el programa Spiritu en Boca, de bonitaradio.net, me pude escapar un rato a Plaza Las Américas. Esto para comer cualquier cosita y esperar a Maribel, mi invitada al programa de anoche.  ¿Mesa para cuántos?  Para uno, me, myself and I, dije y procedí a sentarme en el área del bar, donde a juzgar por la llenura, parecía que había un Happy Hour pero yo ni me enteré.  Con la idea errónea que ya tenían la Birra Moretti, una de mis favoritas, tuve que pedir la otra opción, Peroni. Total, el vino que llevaba al programa, ni estaría en la lista de vinos, así que no perdí el tiempo en detenerme en esos menesteres.

Mientras me disfrutaba la cerveza fríita, me percato que frente a mi está Héctor Ferrer, que conversaba amenamente con una dama. Perfect. Nada malo, nada fuera de lugar, al contrario, muy atento en su conversación. Por mi parte, entre los calamares y la cervecita, seguía pensando en que hay que tener babilla, sangre de horchata, cierta candidez, y hasta ser la pata del diablo, pa´optar por la carrera política. Qué rayos, es que pa´mi ya es una especie en peligro de extinción con tó los revoluces, falta de criterios y escrúpulos que tanto unos como otros  han presentado al país. Son pocos los que han mantenido la imagen fuera de la liga de Evelyn la baila´ora o del Chuchin Bentley, de Farinacci Mano Suelta o de Sol el suicida.

Así sigo pensando pero cada vez se cierra más el cerco de los que pudieran estar libres y tirar la primera piedra. Que ni se atrevan a tirarla en la UPI que esos son otros $20.
La dama que acompañaba a Ferrer, que dicho sea de paso, se veía stylish y prefirió un vino blanco que a juzgar por el color parecía albariño o pinot grigio, nada de madera, salió del lugar.

Entonces, el señor enviando mensajes, tomando tinto, y con un cierto aire de quien toma decisiones importantes en su vida. Al pagar mi cuenta, le dije, " Sabe qué, a la verdad que hay que ser valiente para ser político". Muy cortés y sin escuchársele pesada la lengua, conversó conmigo, sobre vinos, su preferencia por las cervezas artesanales, llamó a su pana José Alfredo  durante unos minutos se alejó completamente de aquello que quizás lo aturdía. Ya al casi despedirme para seguir a mis otros deberes, me dijo que había estado tomando vino en el almuerzo...y que prefería quedarse con el vino antes de mezclar. De todos modos, me pareció un comportamiento normal, para un Winesday, en pleno ojo público. Un día estás relax, y a las pocas horas tu vida cambia, ahora tus panas te dan la espalda, tu enemigo político te da la mano, la gente comenta, la sangre horchata 100%, y todavía tiene el temple de tratar con caballerosidad a la mujer policía que lo atendió en el cuartel. Pa´mí sigue siendo un político con elegancia, bravo, que se echó a su partido en las costillas cuando nadie se atrevía, que quizás atribulado en su vida personal, tuvo un detonante, como cualquiera de nosotros que se pone crispy. No creo que se trate de un Osvaldo Ríos pero lo que me estuvo gracioso fue que a Pedro Rosa Nales, que se le vinculó con un patrón de violencia doméstica, le tocara reportar la noticia desde el tribunal. Me pregunto acá ¿a ónde está Ronny Jarabo y Cheo el Gruero?  Por lo menos Farinacci se preocupó en pedir calma. Ea, y no se acaba la semana...Manatí,viene pronto.

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