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lunes, 30 de julio de 2012

Hijos Nuestros que nos sacan por el Techo

Desde hace días vengo  estudiando el comportamiento de la generación de mis hijos, sobrinos, hijos de amigos, y cómo interactuamos con esos muchachos, que amamos pero que nos sacan por el techo a la menor provocación.  Entonces, aparece en la tele un anuncio de una marca de carros que presenta la misma situación, padres jangueadores e hijos adultos preocupados por el estilo de vida de sus progenitores.

Definitivamente en algo fallamos ante esta generación que hemos criado. Los padres responsables, incluyo madres solteras, padres solteros, juntos y como quiera que sea la situación particular, pero RESPONSABLES, hemos hecho lo indecible para que los chicos salgan adelante, los educamos, le inculcamos valores, le dimos espacio para la opinión, les explicamos que somos el vehículo para que vengan al mundo, pero acá entre nos, en el contrato ese que nos tocó como padres, no decía ni en letras diminutas, que teníamos que resolverle todos sus líos, ni que ellos son dueños de nosotros. ¿Acaso no se acuerdan que abolieron la esclavitud? Mira, que no estoy pa´esas alcahueterías.

Para lo primero, le dimos las herramientas y más, estuvimos cada vez que nos necesitaban pero cuando se iban de pariseo y eran las tantas de la noche, y no llamaban porque el celular se quedaba sin baterías, uno no dormía. pensando en el muchacho.

La generación de ellos es una, la nuestra --que con frecuencia pienso que era peor pero no teníamos tanta tecnología-- sigue con las pilas puestas, cuando en otros tiempos ya estaban recogiendo velas.

No me mal interpreten, amo a mis hijos con locura, de eso no hay duda, pero estos condena´os tienen la capacidad única y específica de hacerme perder la paciencia de vez en cuando...Mami me duele la cabeza...y no pueden ir a buscar un remedio a la cocina; Mami, se acabo la leche; y pa´que carajos está el carro que tienes ahí enfrente, las llaves y el dinero. Mami, hay ropa tuya en la secadora y voy a usarla... y la mejor, ¿qué están en la playa y no me invitan? Ah, estas son algunas de las cantaletas de los muchachos. Eso sí, con ellos aprendí que lo que no me conviene no le hago caso, que si ellos no se preocupan por algo, yo tampoco...y que mi marido y yo somos los dueños de nuestras vidas, y si queremos bailamos y si no, nos vamos de jangueo.  A ellos, que resuelvan y si me piden opinión, se doy tan fea como tan franca. Eso sí, cuando me preguntan por qué rayos los vestía taaan ridículos cuando eran niños, les digo que ellos escogían su ropa. Hijo eres, padre serás. 

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