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lunes, 2 de julio de 2012

La escoria rampante


Por insistir en los medios sociales que los asesinos o sicarios, como quieran llamarlos, cuando los atrapan luego de cometer asesinatos a tutiplén, no deberían recibir el lujo de vivir en una celda, subvencionada con el dinero del pueblo trabajador, me dijeron que no creía ni en Dios, y que era tan asesina como el matador de tantos inocentes.

Creo que hay un renacer del politeísmo...eso son otros veinte pesos.

Karla, Nicole, Stefano, el gerente de Wendy´s, el policía, el médico, y toda la lista de muertos inocentes, sólo por la avaricia y el show off de estos cangrimanes asesinos, insisto que son los mártires de una guerra no declarada que hay en la Insulita.

Me revienta que con tantas iglesias, pastores, reverendos y reverendas, tanta dobla´era de rodilla, no he visto nadita de acción de este sector. Tampoco, un plan concertado del  gobierno, entiéndase la legislatura, para meterle mano al asunto YA.

Hay que joderse con los hipócritas, que no le ponen el cascabel al gato pero están listos para culpar a la doctora Gatinaldis--si es que se escribe así su apellido-- por un accidente.

Las balas asesinas no son accidentes desgraciados, máxime cuando no se le da a la escoria la reprimenda correspondiente.

Lo mejor del caso es que amenazan cierta gentuza a los padres de una víctima, sólo por decir la verdad, así como hemos hecho muchos en diferentes foros. Nos tendrán que amenazar a todos, y liquidarnos.

No puede haber paz, si en las familias no la hay, si hay violencia de todo tipo y se premia al vago con cuanta ayuda existe.

Por mi, que le quiten el voto a los presos, y a los bandidos como los que cometieron el crimen de Stefano, que son los poster child de todos los demás desgraciados, que se los lleve la Pelona, con tó y trajecito negro.

No los voy a echar de menos...y ahora a los que les corresponde, que se pongan a trabajar para enderezar un poco este barco que está más vira´o que el Costa Concordia en el arrecife.

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