Estábanos de madre

Hace una semana cuando veníamos de viaje, hicimos un escala en el aeropuerto de Frankfurt, en Alemania. Durante nuestra espera nos topamos con un grupo de compatriotas que regresaban de unas vacaciones por el Mediterráneo. Hasta ahí todo bien, pasamos el punto de control de seguridad y ya en el gate se comienza a formar un tira y hala de maletas carry on... Como las maletas excedían el tamaño del compartimento superior, unas señoras comenzaron a sacar cuanta pantaleta, camiseta y prenda de vestir que podían sólo para llevarse lo necesario. El espectáculo estaba en el primer acto y nosotros, pasmádos y con vergüenza ajena, porque no sólo era el lío de tirar a la basura la ropa sino los comentarios a boca de jarro que hacían, en español del bueno bien boricua.

Cuando creíamos que las aguas se calmaban, entonces llegó la tormenta de los íbanos, estábanos, y todos lo que gozábanos en el viaje. De nuevo, en el escenario del gate las dos señoras y ahora, otra más, que aunque más joven, tenía las mismas mañas de gritar a to´fuete como para que los demás pasajeros supieran que estuvieron de viaje. "Es que somos de Utuado y nos trataron tan mal en España. Esos españoles no saben hablar y to´lo que dicen son malas palabras" recalcaba la doñita más joven que tenía look de gitana, uñas con decoración barroca, y con chancletas mete de´o. "Cuando estábanos allá, nos dijeron cuánta barbaridad hay", insistía. Y yo acá, avergonzada con el segundo acto. "La comida española es malísima y como fuman. Estoy loca por llegar a mi casa". No se preocupe, pensaba yo, también deseo que esté en su casa bien encerradita y no de esos shows detrimentales. Las otras dos divas no se quedaban atrás, contando cuán difícil era eso de unas vacaciones porque  "hubieron momentos en que estábanos aburridas".

Con esas terminaciones de madre, sólo pedíamos al de allá arriba, que no las sentaran cerca de nosotros...Me parece que sus próximas vacaciones deben ser a unas clases de español, con enfasis en conjugación, además de refinamiento y buenos modales, y para que estén más allá del charco, que se vayan a Isla de Cabras. ¡Qué mucho gozábanos en las vacaciones!