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viernes, 6 de enero de 2012

La machina que le envie un Flashlight

Como son las cosas en esta vida, ombe. La tragedia de Karla y de su familia ha unido en buena vibra a un montón de gente en Puerto Rico. Si pensarlo, sin pretenderlo se ha convertido en una esperanza para todos, y su trascendencia será para muchos. El outcome de su historia será como debe ser, pero su legado, ah, ese va más allá de lo evidente.

Ayer en la Víspera de la Festividad de los Reyes, mientras todo era algarabía en muchos lugares y San Juan andaba cundío de gente, pasé una tarde maravillosa con mi hija y mi Jere. Escuchamos música en la calle, un violinista y un acordeonista, llamaron nuestra atención porque bajo los acordes de la música rusa que interpretaban los dos jóvenes boricuas, nos unimos, bien European Style, a disfrutar del momento, y by the way, dejarle una propina más que merecida. Magnífico momento para estar en familia.

Entonces pensé que la vida es más que el jolgorio que nos deja patidifusos, que la vida que hoy día estoy llevando con pausa, es más valiosa porque reconozco lo que vale en ella.  No hay dinero que pague la satisfacción de hacer las cosas y compartirlas. Así como me sucede cuando, semana tras semana comparto micrófono en Spiritu en Boca, con los invitados y con mi compañero de radio web, me doy cuenta que la felicidad se vive y se palpa. Ese es el verdadero valor de uno como ser humano que entre chiste y palabrota, sazona como le parece, sus experiencias.

Lo mejor de todo es que no hay quien nos calle, así como Millo no pudo callar al policía que le instó con el alto parlante, a que renunciara, nosotros ponemos en perspectiva lo que pensamos. Allá quienes sacan de contexto, por su iliterato crónico, las cosas.

Hoy día en que celebramos la tradición de Reyes, mi regalo es ser tan genuina como siempre, tan fea como tan franca, total no soy uno billete premiado de la loto para caerle bien a todo el mundo. Por eso, le pido al de Allá arriba, a ese que llamamos Dios pero que su nombre no tiene palabra que lo defina, que aunque no creo en la estructura de las iglesias del hombre, que a decir verdad parecen más un bochinche de Wall Street con los Ocupas del M15, sé que es la machina que nos mueve, bien aristotélica yo, le envíe un flashlight a las neuronas de aquellos de IQ cuestionable, y de sentido común cero, para que sean felices con sus vidas, echen pa´lante de cara a un año de elecciones. Es más, que legalicen las drogas, aprueben los matrimonios gays, y haya mayor tolerancia con lo que no se entiende. 2012 ahora es...

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